EL GRUPO URBANITAS Y EL CUADRO INACABADO

(Visión subjetiva de una de sus componentes)

 

La gente que se interesa por el arte siempre parece distinta, los estados de ánimo influyen tan fuertemente que no dejan de manifestarse. Esa especial sensibilidad es la que da singularidad a los colectivos, pero en este caso existió desde el principio un marcado respeto hacia la personalidad de cada componente.

 

Conocedores de que la visión personal es la que hace que cada individuo perciba la misma imagen de manera diferente, y no sólo desde el terrero metafísico; por ejemplo, no es la misma percepción espacial la que registra una persona con una leve miopía que la de un gran miope; y estas diferencias son definitivas en  la interpretación que el cerebro hace sobre la luz y el color. Un órgano visual sano y sin deficiencias, una iluminación determinada, la atmósfera interpuesta, el efecto de los colores limítrofes, etc., son particularidades que, como los teóricos del color han demostraron, difícilmente se pueden repetir.

 

Importancia extrema también dio el grupo al concepto estético individual, los conocimientos artísticos personales, y el entrenamiento mediante la educación visual que cada individúo ha desarrollado, también marcan diferencias extremas en el momento de plantearse de una obras plástica. Por todos estos motivos, y probablemente muchos más,  es difícil determinar la línea de demarcación entre los procesos cognoscitivos, el entrenamiento y los puramente físicos, que separan las causas individuales y que hace a los seres humanos percibir de una forma tan relativa.

 

En definitiva, se acababa de crear un grupo de inquietos estudiantes celosos de la individualidad, pero libres para gozar de los encuentros con los otros; para buscar y para encontrar. Tremendamente honrados, con las señas de identidad propias, afines y comprometidos con un espíritu portador de las voces de la calle de la ciudad, de sus paisajes y de sus colores[1].

 

Ahora sólo faltaba un nombre:

 

Entre varios posibles, URBANITAS [2] fue el elegido. Y cada miembro quedó  representado en una de sus letras.

 

Urbanitas eligió como emblema un cuadro “definitivamente inacabado”, como humilde gesto de tributo al Gran Vidrio de Marcel Duchamp. Se trata de la obra “Madrid en nueve líneas (y un espacio)”, con el que se inicia la andadura del grupo.

 

Puerta Alfonso XII.- Parque de El Retiro (Madrid)

 

Fragmentando la imagen en nueve partes, cada componente se obliga a hacer la suya con total independencia y libertad, con el único condicionante del tamaño, abordando de esa forma el concepto de la individualidad dentro de un todo. Esta operación se repite en algunas de las exposiciones realizadas por Urbanitas, si bien esta primera obra queda automáticamente modificada cada vez que en el grupo se produce la baja/incorporación de un componente.

 

El colectivo debe estar formado necesariamente por nueve artistas plásticos, por lo que sólo se producirán incorporaciones cuando estén precedidas de una baja; y este nuevo compañero adquiere la obligación de realizar la parte de la obra “Madrid en nueve líneas (y un espacio)” que correspondía al que ha sustituido. De ahí las figuras del cuadro mutante y del cuadro definitivamente inacabado, sujeto siempre a la identidad del grupo.

 

Los primeros “agrupados”

 

Julián Orgaz

Nos sumerge en la abstracción y el realismo simultáneamente, nos lleva del tedio del ensimismamiento, una panoplia de emociones y sensaciones contradictorias. El mensaje desconcierta para llevarnos a descubrir que es posible mezclar modos de hacer, que todo se puede manejar de tal forma que nos conduzca de la armonía pictórica a un eclecticismo muy apropiado para los tiempos que corren. Lo cierto es que en Julián habitan distintas sensibilidades.

 

 

María Teresa Sánchez

Ha orillado de momento, las propuestas actuales y se encuentra investigando los colores de los impresionistas y los fauvistas. Cada pintor recorre un camino hasta encontrar el propio; en el callejeo de la búsqueda, es ejercicio sano investigar, copiar y emular a los  “grandes” hasta liberarse de ellos para crecer más libre y más rico que antes de empezar el camino. La artista nos ofrece la fuente de donde emana la alegría de los impresionistas, y como dice Fernando Savater:

“todo lo que conlleva alegría tiene justificación”.

 

 

Isabel López Bravo

Aborda la sensualidad, huyendo de las curvas, para ocultar con descaro un rico mundo interior plagado de ellas ¿cómo huir de nosotros mismos?

Ella nos lo cuenta así: “¿las curvas? Demasiado intimas para ser pintadas, demasiado descaradas para guardar un secreto. Prefiero deslizarme por acogedoras y huidizas líneas paralelas.

 

 

Concha Mayordomo

Es un poeta visual, nos asoma a lo mas profundo del ser humano, como disculpa habla del subsuelo, de energía, de historias de búsquedas y encuentros, de sus filias y sus fobias, con la sutileza del poeta. Dice:” Me puse a excavar en el suelo con tanto ahínco que llegue a un lugar poco accesible, eran estratos: el primero me habló de la historia impregnada de sangre y cultura, el legado de nuestros antepasados reside allí y genera una especie de energía que ha encontrado camino hasta nosotros. En el segundo estrato me encontré con las anteriores civilizaciones. Y en el tercero con la tierra misma.

En ese andar también me encontré con un  río subterráneo transporta los sueños y las ilusiones”.

 

Daniel Zapatero

Habla de silencios, pide silencio en un mundo alborotado. Para ver es preciso callar, para sentir también, el lo sabe y nos pide que callemos, que callemos para sentir, pide tiempo, exige reflexión, nos pide lo más difícil de dar en esta sociedad: tiempo y silencio, ¿qué obra misteriosa esconde para pedirnos lo que nos pide?

Es un regalo para el urbanita un momento de silencio, de paz, de luz interior, hagámosle caso, hagamos la prueba, dejémonos llevar hasta vibrar por dentro y veamos después si la experiencia nos satisface.

 

 

Julio César Rodway

Encuentra en la pintura el equilibrio interior, el resultado está aquí, se pone al descubierto, sin que en su lento fluir tapujos, lo consciente y lo inconsciente, mezclados , armonizados y  presentados para su juicio, ¿qué podemos decir ante tanta sinceridad?, ¿qué vértigo produce la mirada de los demás ante nuestro “yo” desnudo?, ¿cómo arroparnos después?.

Algo tan puro no se olvida tan fácilmente.

 

 

Marta Díaz

Ensimismada en su universo del barrio madrileño de Lavapiés nos presenta la fragmentación de la percepción, la cosicidad de las cosas vistas a saltos, en un deliberado mundo construido sin orden y a vaivenes que nunca aparece por completo, que nos ofrece panorámicas, vamos de una cosa a otra sin descanso ni pausa, la voracidad de ver sin conceder privilegios a nada ni a nadie.

Percibir esa adicción nos hace ávidos de ver más y más; veamos pues esta reflexión de Marta pensando en lo que ella llama su “isla ajena a la ciudad”.

 

 

Javier Parrondo

Focaliza sus sentidos en pequeñas y grandes cosas,  recrea su mirada, su oído, su gusto, su olfato y su tacto en historias personales. Javier nos enseña a sentir con el, enriquece nuestro mundo personal con su generosidad, no habla de verdades, de mentiras ni de grandes cosas, nos habla desde lo cotidiano de lo comprensible y aprensible. Son esas pequeñas historias personales donde el artista tiene mucho que contar, es la cotidianeidad lo que se ha instalado en nuestras vidas para quedarse, una de las principales características del arte actual.

 

 

José Ramos

Abre su mirada a la naturaleza, al recrear nuestras miradas en sus paisajes, entramos en sus propios sentimientos y mientras paseamos por esos lugares añorados, simultáneamente paseamos por su sensibilidad, por sus inquietudes y por sus anhelos. Las líneas del horizonte situadas en los distintos puntos de la superficie pictórica nos hablan de límites entre pensamiento y mundo real.

 

Exposición Puerta de Toledo “Madrid en nueve líneas (y un espacio)”

 

La primera exposición como Grupo, que llevó por título el mismo que el cuadro, se realiza en Madrid, entre el 28 de enero y el 9 de Febrero, en el ya citado Centro Cultural de la Puerta de Toledo, (el singular espacio diseñado por el arquitecto Juan Navarro Baldeweg); un lugar, pues, emblemático. 

 

Pero siguiendo con el comentario de María Jesús Abad, en este caso refiriéndose al grupo y a la obra conjunta, dijo lo siguiente:

 

“Seguir desde sus comienzos a un artista es la mejor oportunidad que tiene un profano curioso de conocer cómo se desarrolla la obra de un pintor.

Todos ellos se encuentran elaborando sus respectivas estéticas, en busca de sus caminos y, aun considerando su diversidad, convergen en la experiencia de estar estudiando en un centro como la Facultad de Bellas Artes de la Universidad

Complutense.”

 

“Las diferencias entre sus obras son una riqueza como grupo de espectro intelectual amplio, son las que marcan cada estilo, cada clase, cada discurso; estimulantes y multifacéticos nos proponen caminos para elaborar y disfrutar de nuevos paisajes mentales.

Tenemos que agudizar la vista para captar aquello que en la pluralidad de estéticas nos permita inventar nuestro propio mundo, las obras una vez colgadas las hacemos nuestras; es en ese momento mágico cuando el pintor, desposeído de su criatura, ahora expuesta a los ojos depredadores de impactos visuales, tiene que compartirla con el espectador, que la reinventa.”

“Desde este espacio en que se combina la agitación de las nueve diferentes propuestas (líneas), se nos seduce de forma irresistible; ahora veamos, analicemos, disfrutemos y hagámoslo nuestro.”

 

Pero el mismo cuadro “Madrid en Nueve líneas (y un espacio)” también ofreció un juego al espectador, que ocurrentemente creaba el propio público. Una vez identificado el estilo, mediante el resto de las obras individuales de cada autor, el espectador se hacía el planteamiento de ser capaz de reconocer a cada uno de los urbanitas en el cuadro conjunto: Una figura inesperada en la exposición, y de gran éxito “El cuadro como juego participativo”.

 

Y este fue el resultado final:

Madrid en nueve líneas (y un espacio).

Primeras sustituciones

 

Por motivos personales, tanto Javier Parrondo, como Isabel López Bravo, deciden abandonar el grupo, por lo que se imponen las primeras sustituciones, y éstas se producen dentro del mismo grupo de compañeros de la facultad, que antes no lo habían podido ser por la limitación del número de componentes.

 

Javier Pajares (sustituyendo a Javier Parrondo) y M. Carmen Martín (sustituyendo a Isabel López Bravo) son los nuevos urbanitas, y sus obras fueron definidas por Raquel Herranz Fuentes, en el programa de la segunda exposición del grupo (….. en 8 líneas), en esta ocasión en la Euroacademia de Móstoles (del 14 al 30 Septiembre del 2002) de la siguiente forma:

 

 

Javier Pajares

“Plantea su serie de cuatro retratos desde la investigación técnica; lo que de común tienen es el énfasis que su autor pone en laminada como vehículo de expresión, de empatía con el espectador, que podría remitirnos a ese gusto bizantino por transmitir la espiritualidad a través de los ojos”.

 

 

 

M. Caren Martín

Los cuadros de Mª del Carmen Martín muestran la intensidad atmosférica a través del color; tanto los de pequeño formato, cuyo tema es la playa, como los otros dos de mayor tamaño. Su preferencia por el color y la luz derivan del impresionismo, recordando a Gauguin al delimitar campos cromáticos. Como ella misma afirma es un arte para el pueblo, que pretende llegar a todos mediante el impacto visual.

A modo de curiosidad viene el comentario de la dificultad que supuso la sustitución de Isabel López Bravo, curiosamente la herencia de la letra B resultó todo un problema, no existía ningún otro nombre ni ningún apellido que lo contuviera. Pero para un grupo de artistas no hay problema que se dé sin una solución creativa:

Carmen, por arte de magia, se vio convertida en Caren de la noche a la mañana.

 

 

La nueva versión del cuadro mutante, quedó de la siguiente forma:

 

 

Exposición “9 Miradas” Centro Cultural Oporto

 

Para la exposición “9 Miradas” en el Centro Cultura de Oporto, Junta Municipal de Carabanchel, del 3 al 7 de Febrero del 2003, se plantea una nueva sustitución, el lugar de María Teresa Sánchez es ocupado por Patria Olalla.

 

Nuevamente en el programa de mano de dicha exposición encontramos la opinión del licenciado en Historia del Arte Óscar Sánchez Ruiz sobre ella.

 

 

Patricia Olalla

“Patricia es la última incorporación del grupo. Artista inconstante, se encuentra explorando todos los estilos y formas artísticas tratando de desarrollar un estilo personal propio, investigando nuevas maneras de expresar sus emociones interiores y su visión de la realidad, en conexión con el presente artístico, sin menospreciar el pasado y la tradición. En esta ocasión juega con transferencias de fotografías sobre soporte de madera y adiciones de corteza natural. El collage objetiviza la doble realidad: la matemático-empírica y la representada; y le sirve para definir y desarrollar en sus pautas más esenciales los valores más tradicionales y simples del hecho artístico: color, línea y composición”.

 

Después de la incorporación de Patricia, Madrid y nueve líneas (y un espacio) apareció de la siguiente forma:

 

 

Exposición en Arévalo (Ávila)

 

Urbanitas en Arévalo es la primera exposición que el grupo realiza fuera de Madrid. La Obra Social de la Caja de Ahorros de Ávila, nos cedió un magnifico espacio: La Sala de Exposiciones de la oficina principal en Arévalo del 15 de Mayo al 1 de Junio de 2003.

Para esta ocasión tan especial, realizamos una obra nueva fragmentada: El castillo de Arévalo.

 

Exposición Ciempozuelos “El Vaso Campaniforme”

 

Con el título “9 Urbanitas 100 pozuelos”, desde el 2 hasta el 15 de octubre del 2003, Urbanitas realiza la quinta exposición conjunta. Una nueva baja, y su correspondiente alta, es una de las novedades. Marta Díaz, no pudiendo continuar con la dinámica se ve obligada a abandonar el grupo, y es sustituida por Daniel Durán.

 

María José Gómez, profunda conocedora de la obra de Daniel, no ha tenido inconveniente en pronun-ciarse de la siguiente forma:

 

Daniel Durán

 

Hay en la obra de Daniel Duran una continua búsqueda de lo sublime. Como apunta Addison, el teórico de la estética, una de las vías para acceder a  lo sublime son las imágenes y los nuevos mundos que nos descubre la ciencia. Y precisamente, Durán posee una doble formación científica y artística, que le sitúa en un lugar privilegiado para explorar este camino. El artista se siente fascinado por las series numéricas que enseguida transportan a la imaginación hacia lo inabarcable, lo infinito; pero que también se transforman en ritmos, ritmos primigenios que en las culturas primitivas se explotan para alcanzar el éxtasis. El mundo cuántico, donde reina la incertidumbre, donde la naturaleza deja de ofrecer perfiles claros y la angustia del científico que ha de adentrase en el con sus instrumentos cartesianos y determinanistas, del todo inadecuados, están presentes en muchos de sus proyectos. Sin embargo, sus obras no adolecen de frialdad. Este campo de inspiración que podría parecer árido en principio, estimula al artista  cuya fina sensibilidad termina produciendo imágenes no exentas de sensualidad. Y es que Duran lejos de renunciar al color, lo utiliza para seducir al espectador y acercarlo así a la esfera de su mundo interior. Y no solo se trata del color, el artista encuentra en los múltiples recursos plásticos de la pintura el medio idóneo para atrapar a quien contempla su obra y hacerle intuir el sentimiento de lo sublime.

 

Con la incorporación de Daniel Durán, esta es la nueva versión de Madrid en nueve líneas (y un espacio).

 

 

Exposición en la Galería de Arte “eltaller”, en Villaviciosa de Odón (Madrid)

Desde el 5 y hasta el 20 de Diciembre del 2003, se realizó una nueva exposición del grupo, en esta ocasión, y por primera vez, con una visión comercial.

 

 

Dada las reducidas dimensiones de la Sala y el importante número de componentes del Grupo, la propuesta para esta exposición ha sido únicamente el tamaño del soporte (40 x 40), por lo que sin otro condicionante, y dentro de su disparidad, sigue siendo latente la idea de agrupación.

 

Exposición “El teatro y los Urbanitas”

 

Con el título El teatro y los Urbanitos” se preparó la última obra conjunta, en esta ocasión sobre una imagen del magnífico Teatro Romano de Mérida.

La exposición tendrá lugar entre el 19 y el 30 de Enero de 2004 en la Sala de Exposiciones de la Caja de Badajoz en Mérida, una preciosa sala que ha habilitado un espacio expositivo entre los restos de la antigua calzada.

 

La historiadora y crítica de arte María José Miranda, al igual que hizo en la exposición dedicada al Vaso Campaniforme, vuelve  a escribir un texto para e grupo, en esta ocasión dice:

 

“El teatro y los Urbanitas.- Un espacio en la memoria

 

Bajo este título se regiría el orden de la representación de estos artistas que, fijando una imagen no casual del territorio, son capaces de refundir bajo un único y supuesto orden, los diversos modos de su concepción del arte y la pintura, decidiendo un sistema de las semejanzas. De fondo, queda la ciudad histórica, Mérida; en su lugar, los pintores, recrean la escena.

 

Veladas transparencias, deliberados ocultamientos, fondos que anuncian en el taller del color, una presencia que levemente se muestra. Una inquietante geometría, de nueve espacios, ocupa el centro de la sala, siendo la obra en su conjunto, un deliberado lugar de revelación.

 

Así, el mundo exterior, la ciudad romana, invade el recinto hermético de la sala de exposiciones y en un extraño intercambio de complicidades (entre la obra misma, entre los mismos autores) sus propios e individuales estilos se transforman, produciendo el sorprendente efecto de la visión.

 

Este irrumpir del modelo antiguo en el cuadro contemporáneo, reclamado del orden de la memoria que arrastra los secretos de otro tiempo, son todo lo que estos artistas jóvenes, inquietos, distintos entre sí, anuncian que sólo su pintura, es la alegoría por el laberinto de la memoria de un tiempo y sugieren un nuevo recorrido, que con excepcional acierto, son capaces de sugerir.

 

El tiempo retenido, la escena veraz de otro tiempo, del teatro, no puede ser retratada fiel a su época; pero es escrupulosamente fiel en su esencia, en la pintura de estos artistas.  Los realismos iconográficos se envuelven entre velos nublados, en sutiles insinuaciones, emergen y quedan fijos en el fondo de los soportes, como cita imborrable propia. Proposiciones realistas y abstractas; son resueltas en territorios divididos, por nueve circunscripciones cuadrangulares, expuestas con ornatos lineales o aderezos clásicos como las columnas y sus capiteles.

 

La pintura de URBANITAS se expande mediante diversos ritmos combinados, gestualismos académicos – dado por sus enseñanzas en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense, como lugar de encuentro - rigor de forma y estudio de color que se combinan con perfección en las diferentes propuestas.

 

Mérida, su teatro romano, en este caso, les hizo distinguir su futuro, su propuesta icónica en un tiempo enfrentado. Dos tiempos, el pasado y el hoy, escrupulosamente animados. Recoger y retener la memoria fielmente y hacerla desarrollar en la conciencia de hoy.

 

El teatro de los Urbanitas

 

 



[1] Extractos de los textos de María Jesús Abad en la exposición “Madrid en nueve líneas (y un espacio) ; y de Maria José Miranda para la exposición “El vaso campaniforme”

 

[2] Palabra que recoge el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, como persona que vive acomodada a los usos y costumbres de la ciudad, habitante de la urbe.